“Música que cura” (un avance del libro, en primicia)
“Música que cura”
Albert Rams
Traigo
aquí el inicio, en primicia, de lo que espero que sea mi sexto libro y que, de
momento, estoy titulando así, “Música que cura”, para hablar de musicoterapia
gestáltica, sin invadir el terreno y la marca de los musicoterapeutas
profesionales. Quizás el libro, por su amplitud, se divida en dos, con dos títulos diferentes, como me aconseja mi editor, en donde recoger otras partes de lo que ahora es el CEMUGE ( véase en Curso de Especialización en Música y Gestalt).
Ambos libros quieren ser un resumen de lo mejor que he podido aprender en estos más
de 25 años de prácticas y usanzas, de experimentar con el Trabajo con la Música
en la psicoterapia, en sesiones individuales, de pareja y de grupo (terapéutico,
de formación, de Trabajo Interior…)
Ahí
van las primeras páginas del primero, cuya redacción estoy empezando. Las primeras páginas de la Obertura/Prolegómenos,
tal como están en el borrador actual (14-02-2018)
MÚSICA QUE CURA
Albert Rams
OBERTURA:
PROLEGÓMENOS 5
Moustaki: Canciones en francés. 5
Gide y Chopin: Una brevísima historia de prefacios y
preludios. 7
Piaff, Zaz, Rûmí: Bajo el cielo de Perpignan. 11
Saint-Saëns, y Ravel: Un preludio de prefacio en el
Rosellón. 13
La Unión y Debussy: Un niño llamado Dennis. 15
“Vincent”, Gainsbourg y “Je t´aime moi non plus”: Un
prefacio en París. 19
PROLOGO 24
INTRODUCCION. 24
¿Música que cura? 24
EL SEXTO LIBRO: SEIS 29
ALGUNAS NOTAS Y COMPASES DE ESTA LIBROPARTITURA 31
I.- PRIMERA PARTE:
ANTECEDENTES: MAESTROS 35
Una canción para Ella 38
Una canción para Él 40
Mis maestros 41
II.- SEGUNDA
PARTE: FUNDAMENTOS 45
¿Para qué sirve la Música” 45
La música y Mu©. 47
Cómo escuchar música; 48
Graves, medios y agudos; 50
Tmbre, tono y frecuencia; 51
Fundamentos de meditación 55
Música y matemática; Pitágoras, Bach, El Número 56
Los Tres Centros 58
III.- TERCERA
PARTE: MÚSICA Y CUERPO 58
A.- “La vertiginosa velocidad de la quietud” (Celaya) 58
B.- Música y chakras. 60
C.- La música como vehículo del Viaje a través del cuerpo 70
IV.- CUARTA PARTE:
MUSICA Y EMOCIÓN 70
Músicas para suscitar alegría, de tristeza, de sorpresa,
de miedo, de ira y de disgusto, de compasión, Padre, Madre… 70
... Amor compasivo. 70
AMOR ALEGRE 73
Madre, Lo Materno 74
Padre, Lo Paterno 77
DOLOR. 78
Dolor lamento. 78
Canciones para levantarse. 78
Música como viaje. 79
levantarse con épica. 79
TRISTEZA. 80
TRISTEZA DEPRESIVA 82
TRISTEZA EROTICA 82
TRISTEZA BAJO APARENTE ALEGRIA 83
TRISTEZA LENTA 83
TRISTEZA DE PERDIDA 83
TRISTEZA ADJETIVADA 83
LA CALMA, EL CONSUELO, LA REPARACIÓN DEL DOLOR PASADO 83
¿La Rabia? 84
¿Carmina Burana?
El empujar. 84
Bramhs. Música muy materna 84
Una canción extraordinaria para dar la bienvenida.
Qualsevol nit pot sortir el sol. 86
ANGUSTIA. 88
ALEGRÍA. 90
Alegría serena, esperanzada 90
EL PERDÓN 92
Tomar en brazos al propio niño y darle ternura 93
PERDONAR 95
MIEDO 96
TERNURA 96
DULZURA 96
EMPUJAR 97
ECUANIMIDAD 97
ESTADO CONFUSIONAL/RESACA 97
EROTISMO 97
SEXUALIDAD DESCARADA 97
Amenaza – miedo 97
LEVANTAR EL ANIMO / ANIMAR 98
EXPANSIÓN 98
REPETITIVAS 98
Declaración de amor. 99
Ira, desesperación 99
SEDUCCION 99
DESCONTROL 99
FINAL: EPÍLOGO 100
“Escribir sobre danza es como cantar
sobre arquitectura; escribir sobre escritura es como construir edificios sobre
ballet. Hay una frontera envuelta en niebla que el lenguaje no puede traspasar”
Alex Ross, desde 1996, crítico musical
del New Yorker
“Declaro el estado de felicidad permanente
Y el derecho de cada quien a todos los privilegios.
Digo que el sufrimiento es algo sacrílego
Cuando hay para todos rosas y pan blanco.
Contesto la legitimidad de las guerras
La justicia que mata y la muerte que castiga
Las conciencias que duermen en el fondo de sus camas
La civilización en brazos de mercenarios.
Contemplo morir este siglo envejecido
Un mundo diferente renacerá de sus cenizas
Pero ya no basta simplemente con esperar.
he esperado demasiado tiempo. Lo quiero ahora.
Que mi esposa se hermosa en cualquier momento del día
Sin tener que esconderse debajo del maquillaje.
Y que nunca sea pospuesto
el deseo que tengo de ella y hacerle el amor.
Que nuestros hijos sean hombres, no adultos
Y que sean lo que nosotros quisimos ser antaño.
Que seamos hermanos, camaradas, cómplices,
en lugar de ser dos generaciones que se insultan.
Que nuestros padres pueden finalmente emanciparse
y se tomen el tiempo para acariciar a sus esposas
Después de una vida de sudor y de lágrimas
y dos entreguerras que nunca fueron la paz.
Declaro el estado de felicidad permanente
sin que esto sean palabras con música,
sin esperar a que vengan los tiempos mesiánicos,
Sin que sea votado en ningún parlamento.
Yo digo que de aquí en adelante vamos a ser responsables.
No rendiremos cuentas a nadie ni a nada
Y transformaremos el azar en destino
Solos a bordo, y sin maestro y sin dios y sin diablo
Y si quieres venir, atraviesa la pasarela
Hay sitio para todos y para cada uno
Pero todavía nos queda camino
Para ver brillar una estrella nueva
Declaro el Estado de Felicidad Permanente”
Georges Moustaki,
Para este autor que empieza a escribir este
libro sobre Música y Gestalt con estas palabras, para servidor, francés = Moustaki = Le Mêteque. Voilà![1]
En efecto, Le
Mèteque[2]
(1968), fue mi canción emblema desde la adolescencia. La aprendí a tocar con la
guitarra, y la he cantado infinidad de veces. Hace relativamente poco que caí
en la cuenta, que hablaba de un goloso, de un E7, como servidor, ¡vaya!
Sin embargo, aquí he querido empezar con otro
himno del propio Moustaki un poco posterior - pero no tanto,1973 -, que me
conmovió en su día, y que me sigue conmoviendo ahora mismo, ¡cuarenta y cinco
años después! Y que define mejor, me parece, el aspecto socio- político del
autor, y de la canción francesa en general, su aspecto ético, con no menor
relevancia que su aspecto estético, como también ocurrirá con la cançó (canción) catalana (Raimon, Llach,
Bonet, Serrat, Montllor...), y con una cierta canción española (Paco Ibáñez,
Ismael Serrano…), hijas ambas de la primera.
Así que he querido venir a esta tierra de
frontera, a Perpignan, para iniciar el prefacio de este nuevo musilibro, tal
como fui a Paris – que es donde creo que concluiré este preludio, me temo… -
para escribir el epílogo del anterior sexlibro.
Entrambos[3]
países estoy, así pues, entre Catalunya/España y Francia. En el sur, en
Catalunya, esto se llama Catalunya
Nord. En el norte, en Francia, se llama el Rosellón. En la historia ha
pertenecido en periodos diferentes a Catalunya, España y Francia. Yo me siento
como si estuviera en casa, para servidor es un lugar de inspiración que he
visitado con frecuencia en los últimos años. También fue el lugar donde más
tiempo residí en el país vecino, un mes.
Dame joyas de
ahogadas
Dos pesebres
Una cola de caballo y
una manía de modista
Después perdóname
No tengo tiempo de
respirar
Soy un destino
La construcción solar
me ha retenido hasta ahora
Y ahora sólo tengo
que dejarme morir
Pide el baremo”
André Gide. Silueta
de Paja (fragmento) (A Max Ernst)[4]
¡¡¡ Pues de nuevo en Francia!!! Voici![5]
Decía André Gide, el poeta, Premio Nobel de
Literatura de 1947, que acabo de citar (¡ah, Gide!) que los preludios de Chopin
no eran previos a nada, no eran introductorios para fragmentos más importantes.
Salvando las distancias, a eso quiero
referirme cuando diga, líneas abajo, que pretendo que estos prolegómenos ya
sean parte del camino, que ya sean un ponerse en marcha en sí mismo, tal como
lo están siendo en verdad. “En ninguna
parte se había mostrado Chopin tan íntimo”, decía Gide. Un excelente
ejemplo, para mi gusto, es el Preludio num 4, op 28[6],
el que Gainsbourg musicará muchos años después con el título de “Jane B”, y
Jane Birkin (¡aishhh!) cantará.
Informe
Ojos azules
Cabellos castaños
Jane B.
Tez pálida, nariz
aguileña
Desaparecida esta
mañana
A las cinco menos veinte
Ojos azules
Cabellos castaños
Jane B.
Duermes junto al
camino
El cuchillo de tu
asesino
En el hueco de tus
riñones[7]
En efecto, aquí en este país, en Francia, tal
como acabo de decir, terminé el libro anterior- el sexlibro – y aquí, un poco más al sur, empiezo éste, el musilibro. Y hablando de canciones y de
sur, dice Miguel Rios:
“Al sur, al sur; llévame a mi casa.
La frontera está lejos de aquí y se me quiebra el alma”
Así que empiezo el texto esta vez por el
principio, por el prefacio, cosa poco habitual. Pues normalmente lo he escrito,
el prefacio, cuando lo he hecho yo, al final del Proceso de escritura. En el
primero[8], en la
primera obra, tuve el honor de que fuera Claudio Naranjo quien lo hiciera,
quien me lo escribiera. Decía Claudio entonces:
“(…)
Llamarlo elocuente sería poco - por cuanto su pensamiento refleja una
compenetración profunda con los asuntos de que trata, y se hace sentir a través
de sus páginas el talento de un escritor…”[9]
En el segundo libro[10]
el prefacio no fue lo primero, no solamente en ser escrito – más bien lo
contrario – sino tampoco en constar en el índice. El inicio era algo así:
Prólogo de Paco Peñarrubia
Agradecimientos
Prefacio (o una pequeña guía de lectura y actitud)
Introducción
Así que el prólogo – de Paco Peñarrubia, en
aquella ocasión, como se ve – era lo que antecedía a todo, apareciendo tal como se puede apreciar antes
incluso que los agradecimientos. Seguía un prefacio, aquí sí, escrito por
servidor, al que subtitulé “una pequeña guía de lectura y actitud”. Y terminaba
esta primera parte con una introducción que daba paso al cuerpo del texto.
El tercer libro[11]…
¡no tuvo prefacio! (¡Vaya!). Y es que cada Hijo Simbólico- tal como llamé a las
obras en el paterlibro, o cuarto
texto– es diferente:
“Un
preámbulo, del latín præ (antes) y ambulare (ir), es una especie de exordium
ubicado al comienzo de un escrito. Los antiguos también lo llamaron proemio
(proœmium), del griego προ (pro): antes, y οιμος (oímos): camino. El preámbulo
difiere del prefacio en que está más íntimamente ligado a la temática, y no
tanto a hacer una exposición apologética del escrito o del autor”.[12]
En el cuarto- el paterlibro, o, entre nosotros, en coloquial, papilibro – el prefacio “se lo delegué” a Pedro de Casso,
digamos, que aceptó amabilísimamente, ya que en realidad se trataba de utilizar
un texto suyo sobre qué es la terapia Gestalt, ya publicado por la AETG.
En el quinto texto – el sexlibro, repito – le he llamado presentación al prefacio, y
también fue escrito en las fases finales del proceso de Creación de la Obra, digamos.
Cuando ya el libro está hecho, y tienes la perspectiva para comentarlo o
presentarlo.
Y en el sexto, en éste que tienes en las
manos, en este musilibro - por
decirlo breve y chotearme al tiempo un poco de mí mismo - como estás leyendo, querido lector, estoy
empezando por aquí, y estoy empezando así. Estoy empezando cronológicamente,
por primera vez. Sin tener todavía claro qué va a ser, ni cómo va a ser el
texto. ¡Ahí vamos, a esa aventura! ¡Ah…!
Así que un prefacio, parece ser, es lo que se
hace antes de ponerse en marcha, antes de ir, antes del camino. Yo pretendo, insisto, que ya sea parte del
camino, que ya sea un ponerse en marcha en sí mismo, como lo está siendo esta
vez, al empezar a escribir por ahí, por aquí. Puesto que empezar ya te pone en
el camino.
Así es que volveré, de nuevo, al proceso de
poner palabras a mi pensamiento, de ir construyendo lo que titulo como mi
discurso, de ver qué sale frente a la pregunta de qué es lo que pienso de lo
que hago, de mi oficio, que es el de psicoterapeuta y formador de terapeutas. Y
en este caso, más en concreto que es lo que pienso y lo que hago en esta
experiencia del uso de la música en la terapia, en la formación, en la
supervisión, en el acompañamiento de Buscadorexs… De la música que cura.
Así que seguiré queriendo que un asunto muy
principal sea el proceso en sí, la atención y la observación de la secuencia de
elaboración de este texto. Tanto en el sentido de la formulación del producto,
como en el sentido inverso de lo que el movimiento de la obra – sus paradas y
aceleramientos, atasques y desatasques, requiebros y giros - vayan produciendo
dentro de mí. Con la intención de nuevo, por sexta vez, de aprender de ello.
Como quien compone música, como quien escribe, o pinte, o esculpe…. Y atiende al
proceso en sí mismo.
En cuanto a la obra, a este libro, tuve claro
desde el principio que quería algo que fuera “my way”, como diría Sinatra. Una
vez más. No es entonces un libro de musicoterapia como hay otros. Quería que
éste reflejara en la forma y en el fondo, en el color y en la textura, en las
secuencias y en el contenido, lo que yo sabría decir al día de hoy de aquello,
de la música en sus intersecciones con lo que me ocupa y lo que me mantiene; en
sus intersecciones con mi profesión: la clínica gestáltica y sus intersecciones
con la psicoterapia integrativa y espiritual, no menos que sus vínculos con el
Trabajo Interior y con otros tipos de trabajo creativo, psicoterapéutico,
social y pedagógico principalmente.
Así que me pareció que Francia y lo francés, de nuevo, sería un buen
lugar. Esta vez para empezar la obra, como lo fue para terminar la anterior,
tal como ya he comentado. “Fácil, Fácil, nada de tensión” decía Chopin a sus alumnos en sus
clases parisinas. A ver si soy capaz…
(continúa)
Si quieres hacer una experiencia más amplia al respecto, te propongo que te mires la información que sigue aquí
[2] Despectivo de “extranjero/ emigrante” como sudaca, o
pinchito, o moro, o…
[3] Por emplear la expresión luliana
[4] Versión de Manuel Álvarez Ortega
http://www.elpensador.info/andre_gide_poemas/
[5] ¡Aquí estoy!
[6] https://www.youtube.com/watch?v=ef-4Bv5Ng0w
[7] http://lyricstranslate.com/es/jane-birkin-jane-b-lyrics.html,
traducción personal
[9] Rams, A.: Clínica Gestáltica, Íbid, página 5
[10] Rams, A.: Veinticinco años de gestalt. Memorias de un
gestaltista precoz. www.edicioneslallave.com.
Vitoria.2004.
[11] Rams, A.: Gestalt y Atención: Presencia y espiritualidad
en la experiencia terapéutica. www.edicioneslallave.com.Barcelona.2014.
[12]
https://es.wikipedia.org/wiki/Pre%C3%A1mbulo_(literatura)